Nº 46 ~
Pet Rock
EE. UU., 1975
Creado por Gary Dahl
Este retrato es para mi hijo Pablo, que hoy cumple ocho años, y a quien esta mascota de piedra le parece de lo más graciosa.
Cuando comencé a dibujar esta piedra, pronto me di cuenta de que era un objeto engañosamente sencillo, y que en realidad requiere mucha atención. Las líneas me salieron algo torcidas, la paja (si eso es lo que es) fue difícil de dibujar en un tiempo tan limitado, y el cartón de la caja era una textura nueva que plasmar (¡sin mencionar esas letras tan traicioneras!). Pero acabé disfrutando mucho de las diferentes texturas, y agradecí la oportunidad de dibujar un objeto con un aspecto tan contemporáneo.
En 1975, un profesional de publicidad llamado Gary Dahl tuvo una idea para un chistecito envasado: una mascota de piedra o Pet Rock (puedes leer más sobre los orígenes del producto y sobre Dahl en este artículo, en inglés). La piedra venía en una cajita de cartón, sobre un lecho de paja y con un pequeño manual titulado ‘The care and training of your pet rock’ (Cuidados y adiestramiento de su mascota de piedra). Cada cajita se vendía por un precio de 3.95$, y en tan solo 6 meses se vendieron unos 1,5 millones. Resultó ser un concepto perfecto de marketing, aunque la moda no duró mucho más que ese periodo inicial. Leí que Dahl luego escribiría el libro ‘Advertising for Dummies’ (‘Publicidad para tontos’).
Al verlo por primera vez, pensé que era una creación reciente: el diseño encaja a la perfección con una estética ecológica y retro extendida en la actualidad, y la sencilla idea-chiste que encarna me pareció bastante contemporánea. Pero cuanto más pensé en esta piedra, más me pareció interesante y bastante más ingeniosa que la mayoría de las modas pasajeras.
Un objeto que me vino a la mente de inmediato fue el urinario de Duchamp (¿o es el urinario de Elsa von Freytag-Loringhoven?), pero también me vinieron a la mente los Tamagotchis (mascotas digitales), y las cajas de zapatos llenas de gusanos de seda.
También me acordé de momentos recientes en los que mis hijos se pusieron de rodillas para pedirme una mascota (¡cualquier mascota!) y terminaban aceptando casi cualquier candidato, por pura desesperación. En más de una ocasión metieron hormigas con todo el cuidado en una caja de cartón a la que habían hecho agujeros “para que pudieran respirar”, sufriendo un tremendo chasco a los 10 minutos al ver que ya no estaban en la caja. En otra ocasión, encontraron unos viejos caracoles, o más bien sus caparazones, y se autoconvencieron de que estaban vivos, metiéndolos en otra caja con una generosa ración de hojitas verdes para que no quedaran con hambre. De cuando en cuando miraban dentro de la caja, en la que yo veía los caparazones completamente inmóviles y rebosantes de tierra, y juraban emocionadamente que se habían movido un par de centímetros desde la última inspección.
Las piedras y las rocas son exactamente lo opuesto a algo con vida, y por eso es tan gracioso y tan atractivo interactuar con ellas como si fueran “mascotas”. La Pet Rock juega de forma ingeniosa con la idea del juego simbólico en la infancia, y lleva la idea hasta el final, formalizándola por escrito.
De hecho, podría decirse que el producto principal es el manual que viene con la piedra – tiene bastante gracia y causó más de un ataque de risa en mi hijo. Basándolo en los manuales de adiestramiento para perros, Dahl incluyó consejos para ayudar a tu mascota de piedra adaptarse a su nuevo hogar:
“Su nueva piedra es una mascota muy sensible, y podría estar algo traumatizada por todo el manejo y el transporte que ha sido necesario para traerla a su hogar. Aunque puede asomarse a ver su mascota de vez en cuando, es esencial que deje a su piedra en su caja durante algunos días. Se aconseja que coloque la caja en un área de su hogar que se convertirá en el ‘lugar especial’ de su PET ROCK".
Algunos dueños de PET ROCKS han comprobado que el sonido de las agujas de un reloj colocado junto a la caja tiene un efecto calmante, especialmente por la noche. La mayoría de las PET ROCKS tardan exactamente tres días en adaptarse a su nuevo entorno. Tras setenta y dos horas, puede sacar a la piedra de la caja y comenzar a disfrutar de su nueva mascota.
NOTA: Si observa que su piedra está nerviosa o alterada al sacarla de su caja, colóquela sobre unos viejos papeles de periódico. La piedra sabrá para qué sirven los papeles y no será necesario darle más instrucciones. Su PET ROCK permanecerá sobre los papeles hasta que usted la mueva.”
Dahl también incluyó consejos para enseñarles a obedecer órdenes y hacer trucos:
‘Roll Over’ (Rodar)
Su PET ROCK aprenderá este truco a la primera. Sí, puede que le sea difícil de creer, pero es cierto. El mejor lugar para enseñar a su PET ROCK a RODAR es en la ladera de un monte. Coloque la piedra sobre la tierra en la parte más alta de un monte, y dé la orden, en inglés, ROLL OVER. Ahora, suelte la piedra. ¡Es así de fácil!
Hacerse la muerta.
Su PET ROCK se sentirá como pez en el agua al hacer este truco. Es uno de los trucos más entretenidos que puede aprender a hacer una piedra, y le garantiza risas afectuosas y miradas de aprobación tanto de usted como de sus amigos.
La Pet Rock también me hizo pensar en el cuento de Silvestre y la piedra mágica, de William Steig, en el que el borrico Silvestre se convierte en piedra, y acaba atrapado en esta forma durante mucho tiempo, mientras que sus padres lamentan la pérdida de su hijo. ¡Convertido en piedra! Qué idea tan perfectamente claustrofóbica, la de estar vivo sin poder comunicarlo…
Ideas de marketing aparte, ¿no es una forma ingeniosa de materializar el juego simbólico, con rocas o sin rocas? Pensé en las muñecas hechas con piedras, y en ‘The Stone Doll of Sister Brute’ de Russel Hoban, en la que Sister Brute pide una muñeca, porque “no tiene a nada o nadie a lo que querer”. En lugar de una muñeca, su madre le da una piedra, pero ella se las apaña, vistiéndola y dibujándole una carita.
Tu tú, si tuvieras una Pet Rock, ¿no sonreirías cariñosamente al ver cómo se hace la muerta? Sería difícil encontrar una compañera más constante que ella.