Nº 36 ~
Caballero de juguete
Francia, 1360-1370
Musée de Cluny
Encontré este caballero de juguete en mi ejemplar del libro de Karl Gröber Children’s Toys of Bygone Days (ed. 1932), que me ha servido para descubrir muchos otros objetos, incluida la guillotina de juguete.
Este caballero está en el Musée de Cluny, aunque la fotografía en blanco y negro incluida en el libro de Gröber [ver aquí] muestra el lado del escudo, mientras que la imagen del museo muestra el otro lado. Mientras escribo esto, estoy ojeando el libro de Gröber y he notado que la portadilla incluye una ilustración de este juguete, con una bandera de San Jorge añadida a su lanza [ver aquí]. El libro, que tiene casi 100 años ya, nos dice:
En los puentes sobre el río Sena en París había pequeños quioscos y puestos, según era costumbre en la Edad Media, en muchos de los cuales se vendían a los transeúntes pequeños objetos de devoción y otras cosas fabricadas de hojalata y plomo. No sabemos si fue porque una de estas tiendas acabó destruida, o porque los pequeños colgantes y figuras cayeron al río por unas rendijas en el suelo, pero durante el dragado del Sena se encontró una gran cantidad de tales objetos, algunos de los cuales pueden clasificarse con certeza como juguetes. Entre ellos, está un pequeño caballero con armadura de estaño, que puede considerarse como el antepasado de todos los soldaditos de plomo que le seguirían. No hay duda de que este no fue un objeto de peregrinación, como lo fueron muchos otros. Este es un verdadero juguete de hojalata, hecho para jugar, con una base sólida en la que apoyarse, como la que tendrían sus hermanos de épocas más tardías.
Luego Gröber comenta:
Sabemos que se usaron pequeños caballos de latón como juguetes gracias a una escena que aparece en una antigua saga del Norte de Alemania, en la que un niño de seis años le presta a su amigo de cuatro años su caballo de latón para jugar.
Traté de encontrar esta referencia, y rebuscando un poco, vi que se refería a la saga islandesa de Víga-Glúms, que se estima fue escrita en la primera mitad del siglo XIII (ver aquí en inglés). Este es el párrafo al que alude, en el capítulo 12 [traducción mía basada en la traducción al inglés de Edmund Head de 1866]:
Arngrim tenía dos inviernos más que Steinolf; no había en todo el Eyjafirth ningún niño de mejor disposición o promesa que ellos, y se tenían mucho cariño. Cuando uno tenía cuatro años y el otro seis, estaban jugando juntos un día, y Steinolf le pidió a Arngrim que le prestara su caballito de latón. Arngrim le respondió, te lo daré, porque si pienso en mi edad, es algo que te conviene más a ti como juguete que a mí. Steinolf fue y le dijo a su madre adoptiva que había recibido un buen regalo, y ella le contestó que le parecía muy correcto que se llevaran tan bien los dos.
Este bonito caballero montado a caballo de bronce de The Walters Art Museum (fecha s. XIII- XIV, proveniencia ‘Europa’) nos da una pequeña idea del caballito con el que podrían haber estado jugando Arngrim y Steinolf. El museo le ha insertado una lanza nueva para mostrar qué aspecto podría haber tenido en su día, y nos dice que es uno de los ejemplos más tempranos de soldados de juguete. El hecho de que tuviera una lanza de quita y pon me parece especialmente bonito y, mirando las figuras de Playmobil de mi hijo, deja claro que algunos elementos realmente no han cambiado durante siglos.
La colección del Museum of London incluye un maravilloso caballero de juguete (¡mira esas pezuñas que parecen pies!) que podría tener unos 70 años más que nuestro amigo francés, y que, a diferencia de él, no es plano. El sitio web del museo nos cuenta que es “la figura de estaño fundida en hueco más temprana conocida en Inglaterra, y uno de los ejemplos más tempranos de un juguete de metal medieval producido en masa.” Luego nos dice que hay evidencia de que existía un floreciente mercado de consumo de juguetes para niños en el periodo medieval.
Cuando Gröber escribe de objetos medievales de peregrinaje, se refiere a objetos tales como emblemas e insignias realizadas en metal que se fundían en moldes y se vendían en pequeños puestos. Algunos de estos objetos también representan a caballeros muy parecidos al nuestro; no es descabellado imaginar que a veces los niños acababan jugando con estas insignias, y que quizás los artesanos acabaron usando el mismo método para fabricar juguetes, sencillamente añadiéndoles bases para que pudieran sostenerse en pie.
Por ejemplo, mira esta figura de un caballero de justa de la primera parte del s. XIV, también en el Museum of London. Al igual que el juguete del retrato, lleva un escudo con la cruz de San Jorge, quien se convertiría en patrono de Inglaterra durante la Guerra de los Cien Años con Francia. Esto me pareció interesante, dado que nuestro juguete se encontró en Francia, y me hizo preguntarme si quizás represente un soldado/caballero inglés (perfecto para niños que quisieran jugar a batallitas de franceses contra ingleses); pero quizás sea un detalle fortuito. El motivo de la flor que decora la silla se parece a una rosa inglesa, pero en lugar de los típicos 5 pétalos, esta tiene 6.
El sitio web del Museum of London nos dice que se han encontrado en Londres varias insignias de caballeros de justa parecidos a este último, que pueden haber sido usados por “jóvenes que deseaban ser caballeros, o por personas que disfrutaban de estos glamurosos torneos.” Otra insignia de peregrino de su colección parece mostrar al propio San Jorge, que ganó en popularidad después de que las plegarias que se le hicieron dieron buen fruto, con el triunfo de los ingleses en batallas tales como el sitio de Calais de 1349.
Me quedé con esta última fecha, ya que había estado leyendo sobre la Peste Negra, que tuvo lugar desde 1346 a 1353. Eso significa que la batalla en Calais se libró justo en medio de la devastadora pandemia; no es difícil de imaginar por qué la idea de los caballeros valientes y heroicos conquistó la imaginación de aquellos que trataban de asirse a cualquier cosa que les diera un poco de esperanza. También resulta fascinante ver hasta qué punto la imaginería de caballeros héroes y las leyendas del Rey Arturo y demás siguen cautivando y enamorando en la actualidad.
Al ojear los catálogos de muchos museos en busca de soldados y caballeros de juguete, también encontré unos ejemplos preciosos de jarras medievales llamadas aquamanile – esta jarra elaborada expertamente en cobre de un caballero montado a caballo, de Inglaterra (1275-1300), o este otro caballero, con un asa en la espalda, esta vez de Baja Sajonia (1350). Hasta ahora no sabía nada sobre las aquamanilia y han sido un mundo muy curioso en el que adentrarse, lleno de formas y personajes graciosos, y a menudo con excelentes ejemplos de una artesanía medieval muy sofisticada.
Existen juguetes de figuras montadas en caballo que datan de épocas anteriores (ver por ejemplo este bonito juguete del periodo copto en Egipto , s. VI-VIII; también hay increíbles figuras de terracotta de Beocia (Grecia) muy tempranas, del siglo IV a.C, pero la mayoría de las fuentes se refieren a ellas como simbólicas o rituales, a menudo asociadas a entierros), pero a juzgar por este objeto, la figura de un soldado o caballero de hojalata (especialmente con armadura, escudo y lanza) apenas ha cambiado en 600 años. La moda de figuras planas de hojalata realmente cobró vida en el siglo XVIII – XIX, y he encontrado referencias que dicen que se comenzaron a producir en Alemania en el siglo XVIII como homenaje a Federico el Grande. Ahora estos soldaditos realmente no se usan como juguetes para niños, sino que en su mayoría son coleccionados por adultos, lo cual es un fenómeno interesante.
Creo que este caballero haría buenas migas con nuestro querido vikingo mordisqueador. Parece bastante calmado y sereno, lo cual resulta tranquilizador dado que se dedica a esto, pero me preocupa un poco su caballo paticorto. ¿Podrá con todo el peso de la armadura? Solo hay una manera de averiguarlo: ¡a la carga!